miércoles, 17 de agosto de 2011

Tour por un segmento del coliseo romano amoroso.

“¡Pues llámale y vuelvan a salir y regresen!”. En tono mamón, con los ojos entre cerrados, esperando mi reacción. Fue el comentario por parte de S***** cuando recordábamos ciertas acciones tomadas en mi pasado-pasado para así haber podido tener un pasado con ella y ahora tener un presente que realmente no parece tener un futuro como nuestro pasado-pasado-pasado (muchos pasados y poco tiempo para explicarlos).
Ahora me doy cuenta de las acciones que he tomado para llegar a donde me encuentro, y desde este lado de mi coliseo romano de cuestiones sentimentales lo veo así desde que, según yo, creí saber lo que buscaba:
Cambie de un cariño honesto, un tanto suicida y con mucha responsabilidad de salvar a la damisela de todos los peligros interpersonales, familiares y compañía por uno con crecimiento espiritual, mental y sexo desenfrenado con ciertos momentos de la necesidad de hacer el papel de superhéroe por problemas de confianza y celos de la damisela. Después hubo un cambio de dirección, me deje llevar por el sendero de lo bonito, del todo estará bien y del “pase lo que pase, siempre estaré ahí” para que al final nos topáramos con una barrera que no pudimos, yo pasar, y ella dejar a un lado… El titulo de formalidad. De ahí todo cambio a  un momento de serenidad y diversiones tontas y un tanto infantiles: no SEX at all, pero si mucha actividad nada destructiva y muy pocos problemas. Acto seguido, en una toma de decisión impulsiva (debo reconocer) cambie eso por una nueva forma de convivir. Nada fuera de lo normal al decir verdad. Fiestas, de nueva cuenta sexo, intensidades sobre cosas banales, celos estúpidos y discusiones incoherentes que me hizo dar vueltas en círculos para volver al punto en el que no sé lo que quiero o creo querer sentimentalmente hablando.
¿Me preocupa? No.
Sigo incrédulo ante la profecía que la mayoría de las damiselas han dicho al mandarme/nos al demonio: Terminaras solo, ¡hijo de puta!
Pero realmente nada de eso me preocupa, por ahora. Ni mis excelentes pasados-pasados, ni mis pésimos pasados-pasados-pasados. Prefiero enfocarme en mi presente, disfrutar de lo que sea que esté pasando en este momento. No preguntar nada que no tenga que ver con lo que estoy viviendo, no intensear con cosas estorbosas.
Sé que en algún momento llegaran preguntas o cuestiones incomodas, en las cuales (como siempre), no podre mentir y tendré que ser fiel a mi manera de pensar, pero mientras tanto, como dice Queens of the Stone Age “Go with the Flow”.