Siempre que tomo una ducha es cuando las ideas fluyen, me imagino en situaciones muy diferentes o menos desagradables. La semana pasada me duchaba recordando que mi “sin título” me había abandonado para irse con su “con titulo” el cual había dejado a su “sin título” que a la vez es mi “sin título” para irse con su ahora “con titulo”. Todo este revoltijo de “con títulos” y “sin títulos” me hizo relacionar esto con la lectura “La Venus de los cheques” de Xavier Velasco. Para quien no este familiarizado con este cuento, lo resumiré en la siguiente ecuación:
Chico conoce chica/chica cobra dinero por salir/$100= café + $100=nombre + $300=número telefónico y así incrementa la tarifa/ deuda grande= amor perfecto.
Dicho esto, uno podría pensar que es algo inmoral, caro, absurdo o tal vez algo que ni siquiera vale la pena de experimentar. Yo en mi situación le veía las ventajas, de hecho muy similares a las del autor. No preocuparse por nada más que pagar, enviar comprobante de pago y tener una cita de lo más lindo. Claro, a la hora de formalizar y ser “con titulo” la tarifa sube al doble, cosa económicamente no muy linda, sin embargo, una clausula de exclusividad: seguro contra cuernos completamente gratis no sería una mala inversión si consideramos que hace solo unos días atrás me habían mandado al diablo sin derecho a pedir un reembolso por el tiempo, dinero, esfuerzo y cariño invertido.
Todo esto cada vez empezaba a sonar no tan descabellado salvo por dos cuestiones que terminaron por hacerme desechar la idea. La primera: no he encontrado a alguien que me haga esa propuesta que cumpla con los requerimientos que busco. Y la segunda: no tengo ni en que caerme muerto. La segunda cuestión obviamente fue la de mayor peso. Mientras pensaba todo esto y Salía de la ducha me atrajo el sonido de mi celular que tenía un mensaje… mi “sin título” diciendo que no cambiaría nada entre nosotros por el hecho de que estuviera con su “con titulo”.
Eso me hizo pensar que tal vez uno no necesite dinero… y mucho menos títulos.
Chico conoce chica/chica cobra dinero por salir/$100= café + $100=nombre + $300=número telefónico y así incrementa la tarifa/ deuda grande= amor perfecto.
Dicho esto, uno podría pensar que es algo inmoral, caro, absurdo o tal vez algo que ni siquiera vale la pena de experimentar. Yo en mi situación le veía las ventajas, de hecho muy similares a las del autor. No preocuparse por nada más que pagar, enviar comprobante de pago y tener una cita de lo más lindo. Claro, a la hora de formalizar y ser “con titulo” la tarifa sube al doble, cosa económicamente no muy linda, sin embargo, una clausula de exclusividad: seguro contra cuernos completamente gratis no sería una mala inversión si consideramos que hace solo unos días atrás me habían mandado al diablo sin derecho a pedir un reembolso por el tiempo, dinero, esfuerzo y cariño invertido.
Todo esto cada vez empezaba a sonar no tan descabellado salvo por dos cuestiones que terminaron por hacerme desechar la idea. La primera: no he encontrado a alguien que me haga esa propuesta que cumpla con los requerimientos que busco. Y la segunda: no tengo ni en que caerme muerto. La segunda cuestión obviamente fue la de mayor peso. Mientras pensaba todo esto y Salía de la ducha me atrajo el sonido de mi celular que tenía un mensaje… mi “sin título” diciendo que no cambiaría nada entre nosotros por el hecho de que estuviera con su “con titulo”.
Eso me hizo pensar que tal vez uno no necesite dinero… y mucho menos títulos.
:) no necesitas tener dinero ni mucho menos un titulo para ser alguien en mi vida :)
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